Abby es una productora de
t.v. con un programa en antena que no logra despegar en los ránkings de
audiencia. La cantidad de trabajo que tiene le impide tener una vida social,
por lo que decide citarse con un hombre a través de una página de contactos.
Pero es tan obsesa del control que lleva al encuentro unas hojas que su
ayudante le ha imprimido con el perfil del elegido y una lista con posibles
temas de los que hablar en caso de que la conversación decayera. Lógicamente,
el aludido, al verse escudiñado de esa manera tan radical, se siente incómodo
y aburrido, por lo que resulta un desastre.
Cuando llega a su casa
por la noche, cansada y decepcionada, y mientras está en su dormitorio después
de darse una ducha, su gato pisa por accidente el mando de la t.v. sobre la cama y conecta
con un programa, La cruda realidad, que nunca ha querido ver porque
el tema y el presentador le resultan aborrecibles. En él Mike Chadwell se
despacha a gusto con todo lo relacionado con el sexo y el amor.
"Esta noche vamos a
hablar de lo que desean realmente los hombres y las mujeres de una relación. Me
he empollado varios libros", los muestra a cámara y los va tirando
a un cubo de basura. "Bellas, inteligentes", tira uno, "hombres
que aman a mujeres que los odian", tira otro, "y mujeres que odian a
los hombres que odian amar a las mujeres. Millones y millones gastados en
patrañas pseudopsicológicas”. Coge un bidón de gasolina y lo va vaciando en el
cubo de basura. “Bien chica, porque sólo lo diré una vez, y son sólo 4
palabritas”, dice cogiendo una cerilla y encendiéndola. “Los hombres son…
¡simples!”, tira la cerilla al cubo y se prende en llamas. “A los hombres no se
nos puede adiestrar. ¡Eso de que somos de Venus o de Marte es una pérdida de
tiempo y de dinero!. ¿Queréis ser harpías solitarias? Pues genial, seguir
leyendo esos libros estúpidos. Pero… si queréis una relación estable así es
como se consigue: ¡apuntáos a un gimnasio! ¡curráoslo! ¡adelgazad y de paso
compraos lencería sexy y provocativa!. Porque en el fondo lo que más nos
interesa es el físico. Nadie se enamora a 1ª vista de vuestra interesante
personalidad. Nos enamoramos de vuestras tetas y vuestro culo, ¡y seguimos con
vosotras por lo que estáis dispuestas a hacer con eso! Si queréis conservar a
un hombre no necesitáis 10 pasos, sólo uno: se llama ¡una buena mamada! Y no
olvidéis ensayar”, y acto seguido se mete en la boca el extremo de un largo
pincho con un trozo de queso en la punta.
- Mujer: ¿Cómo te atreves a llamar esas cosas a los libros de autoayuda?
Me han servido de mucho.
-
Mike: ¿Cómo se llama tu novio princesa?
-
Mujer: Bueno, no salgo con nadie ahora mismo…
-
Mike: ¡¡Pues a eso iba yo Shrek…!! La siguiente llamada, estás en directo.
Abby se decide a llamar:
-
Abby: Osea que tu crees que los hombres son incapaces de amar.
-
Mike: Ooohhh, ¿he reventado tu burbuja de novelita rosa? ¡Venga ya!
-
Abby: Lo único que has reventado es tu credibilidad. Los hombres son
totalmente capaces de vivir el amor.
Él se pone a leer
un periódico, mientras le pregunta:
-
Mike: Me intriga, sigue, ¿quién es el tío?
-
Abby: Es muy listo. Es guapo… pero no lo sabe. Es un triunfador, pero
ejerce una profesión con valores.
Mike hace como
que se ha dormido sentado, dando grandes ronquidos. Abby continúa:
-
Abby: Le gusta el vino tinto, salir de picnic, la música clásica…
-
Mike: ¿Es un tío de América, no? No estás llamando desde Europa ni desde
Plutón…
-
Abby: Le gustan los perros, pero le van más los gatos, y nunca se
levanta antes que tú los domingos.
-
Mike: ¡Ya lo tengo! Eres lesbiana.
-
Abby: ¿Qué?
-
Mike: Debes de serlo, acabas de describir a la mujer perfecta.
-
Abby (indignada): ¿Por qué te asustan tanto a ti esas buenas cualidades?
¿Tal vez porque no posees ni una sola de ellas y esa es la auténtica razón por
la que las mujeres pasan de ti?
-
Mike: ¡Vale! Te ofrezco 100 dólares de mi bolsillo si buscas a ese tío y
me lo traes aquí y me lo presentas.
-
Abby (estirando las sábanas de su cama y esponjando los almohadones):
Bueno, seguro que existe, en alguna parte…
-
Mike: ¿No me digas que no sales con él?
-
Abby: No… he descrito un prototipo… creía que se trataba de eso…
- Mike: Jajajaja…!! ¿qué? ¿y no lo conoces además? Oye, oye, ya pillo el
asunto, un segundo… ¡Claro! Eres un chucho…
-
Abby (muy indignada): ¿Qué?
- Mike: ¿Cómo no vas a serlo? Ya me has oído. Si estuvieras buena andarías
por ahí rompiéndole el corazón a un pobre pringao y no estarías ahí haciendo
fantasías con el invisible Mr. Maravilloso. Admítelo: eres feaaaa…(y le da un
golpe a un gran botón luminoso sobre su mesa que empieza a sonar como una
alarma)
-
Abby: No… no soy fea.
-
Mike: Bueeeeno, venga… voy a echarte un cable. Más te vale hacerte a la
idea de que te vas a quedar sola y dejar de añorar a un hombre de ensueño al
que jamás vas a encontrar.
-
Abby: ¿Cómo puedes atreverte a…?
-
Mike: Eh, Lassie, esto se llama la cruda realidad. Si no puedes
afrontarla… no llames.
Al día siguiente,
en la reunión de trabajo de 1ª hora de la mañana, el jefe de Abby les anuncia
que ha contratado una nueva estrella de la t.v. para relanzar la cadena. Y para
presentárselo les hace ver una de las pantallas, en la que aparece Mike justo en la parte de su programa en la que está hablando con Abby. Esta apaga
el monitor, sobresaltada e indignada. “Es un superpalurdo misógino que
representa todo lo que va mal en la sociedad”. Entonces aparece en persona.
-
Abby: ¿Ya has contratado a este tipo?
-
Mike: ¿Quién esta deliciosa criatura?
-
Abby: Soy tu productora.
-
Mike: Ahhh (se aproxima sugerente para estrecharle la mano). Que estés
sobre mí me pone.
Abby se queda
horroriza. Luego, en su despacho, no deja de caminar de un lado a otro
repitiéndose “Soy una productora galardonada”. Mike aparece, y tras un
intercambio verbal un tanto tenso por parte de Abby, le rebela que la persona
con la que habló la noche anterior en su programa era ella.
-
Mike: Siiiiii… ya me acuerdo… pues no eres nada fea…
Él le agradece
poder participar en su programa, pero ella enseguida se desmarca del estilo de
Mike:
- Abby: Tú haces programas denigrantes que sólo hacen endógamos asociales
que están tan ocupados en tener la mano entre las piernas que no pueden cambiar
de canal.
Abby le aseguró
que nunca veía su programa, pero que su gato se puso sobre el mando a distancia
del televisor.
-
Mike: Pues dale las gracias a tu felpudito…
Abby sale de su despacho
dando un bufido, asqueada. Camino del estudio, les dice a Larry y Georgia, el
matrimonio que copresenta su programa, que conviertan en cenizas a Mike cuando esté a su lado, entre otras muchas lindezas. “Caray, cielo, y eso que
creía que eras tú la amargada”, le dice a su mujer. “No, cariño, es mi vagina
desaprovechada”, le contesta ella.
Ya en el aire:
-
Larry: Mike ¿qué opina de las personas que consideran su programa
ofensivo?
-
Mike: Pues que lo es, pero también lo es la verdad.
-
Georgia: ¿La verdad sobre qué señor Chadwell?
-
Mike: La verdad sobre qué son realmente las relaciones. El matrimonio,
por ejemplo. Se basa en la presión social, el status y el sexo. De no ser por
esas 3 cosas los hombres y las mujeres ni se hablarían.
-
Georgia: Qué horror… Me da la impresión de que nadie lo ha querido y lo
está desahogando con la población femenina.
- Mike: Bueno, ya que hacemos esa clase de comentarios Georgia, vosotros
proyectáis la imagen de la pareja perfecta cuando es mentira cochina.
-
Larry: ¿Disculpe?
-
Mike: Vamos Larry, veo este programa desde hace años. Antes eras un tío
guay, seguro de sí mismo. ¿Qué narices te ha pasado? Y tú, Georgia… Bueno, ella
no es la típica tonta, sabía que la única forma de librarse del turno de fin de
semana era liándose contigo, y luego quién lo iba a decir, acabó siendo más
famosa que tú y acabó cobrando el doble que tú.
-
Larry: Un momento joven, me siento muy orgulloso de que mi esposa
triunfe.
-
Mike: Ya, ya, y una porra, te escuece su éxito, estás muy castrado por
ella, y eso te descoloca el coco, lo que a su vez afecta a tu hombría.
-
Georgia: ¿Cuál es su teoría?
- Mike (apoyando los brazos sobre la mesa entre los dos presentadores):
Mi teoría es que tu marido no se acuesta contigo por lo menos desde hace
¿cuánto? ¿tres meses?
-
Larry (intentando hablar a media voz): Chadwell, le diré que eso no es
culpa mía.
-
Mike: Lo sé, lo sé, si es culpa suya…
-
Georgia: ¿Por qué es culpa mía? ¿Qué se supone que debo hacer, decir que
no al dinero para que él tenga una erección?
-
Abby (en la cabina de control, cada vez más nerviosa e indignada): ¿Ha dicho erección en directo por t.v.?
- Mike: Tú has castrado económicamente a tu marido hasta tal punto que
tiene miedo de desearte. Bueno, podrías pasar de él, pero encanto ¿has visto el
desfile de hombres que hay disponibles en Sacramento? (Con una risa jocosa)
¡Ay, Señor! Tampoco hay mucho donde elegir para una mujer ya cuarentona, te lo
aseguro (Larry se sonríe malicioso). Mira, no vas a encontrar nada mejorcito que Larry, deja que pueda ser
un hombre.
-
Larry (decidido): Tienes que permitirme ser un hombre.
-
Mike (arrastrando la silla de Larry junto a la de Georgia): Y ahora tú,
cenizo macflácido, no frunzas el ceño.
-
Larry: Yo no frunzo el ceño.
-
Mike: Sí, lo haces. Y ahora acércate un poco y dale un beso a esta
preciosidad.
-
Larry (ante las reticencias de su mujer): ¡Georgia, maldita sea, déjame
ser un hombre!
El presentador se
abalanza sobre su esposa y, abrazándola, le da un beso de tornillo, moviéndose
convulsos sin dejar de juntar sus labios. Mike, sonriente, y se aleja de la
pareja diciendo:
-
Mike: Y esta, amigos míos, es la cruda realidad.
Larry, en un
arranque, coge a su mujer y se la lleva corriendo sobre uno de sus hombros.
Abby está metida
en el armario de su despacho, tumbada boca abajo de medio lado en el suelo,
cuando van su ayudante y el jefe a contarle el subidón de audiencia que ha
tenido el programa con la intervención de Mike. Abby se sorprende, y
se deprime viendo el giro que ha tomado su programa. Vuelve a encerrarse en el
armario.
Mike, ya en su
casa, escucha los mensajes grabados en su contestador automático, todos de
mujeres. “Hola, soy Niki ¿Por qué no me has llamado? No puedo dejar de pensar
en tu pedazo de…!” “¡Hola!” dice su sobrino, que vive en frente con su madre,
la hermana de Mike, y llega en ese momento. Mike intenta apagar el contestador
pero sigue sonando “… restregándose contra mi…” “¿Quién es esa?”, le pregunta
inocente su sobrino. Mike sigue intentando apagar el aparato, que no deja de
funcionar “...chorreando…” Mike arranca el cable, la única forma que ha
encontrado de hacerlo callar. Su sobrino viene a consultarle sobre qué hacer
con una chica del colegio que le gusta mucho. “El otro día en tu programa
dijiste sed malos con las chicas porque os desearán más”. Mike le dice que no
haga caso de nada de lo que él dice en su programa, porque esa chica es muy
joven y él sólo habla de relaciones adultas.
(.../..)
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