martes, 8 de octubre de 2013

El shutdown de Obama


Será que hace años no prestaba suficiente atención a la política internacional, y eso que siempre me ha interesado más que la de aquí, pero esto del cierre parcial del gobierno que está teniendo lugar en EE.UU. creía que era la 1ª vez que sucedía, ignorante de mí, y además me produce una inquietud enorme. Por qué será que todo lo que pasa en Norteamérica es siempre tan importante, pues hasta cuando se rascan una oreja repercute en La Bolsa y en la seguridad mundial.

Shutdown es el término empleado allí para estas situaciones, palabra que nadie quiere oir nunca, porque significa malos tiempos, crisis, desacuerdo, problemas.

Las discrepancias entre republicanos y demócratas, según he leído en Internet, “se centran en determinadas partidas para financiar la reforma sanitaria, quizá la principal apuesta del Gobierno de Obama. A partir del 1 de octubre está previsto que entre en vigor el nuevo sistema de aseguramiento privado, pero subvencionado, con el que se espera que millones de estadounidenses tengan acceso por primera vez a la cobertura médica con unas primas reguladas.

Los republicanos ultraconservadores y ultraliberales (en términos económicos) del Tea Party consideran que eso supone una intromisión del Estado en los asuntos personales y que conduce a una “economía socialista”, y consiguieron que la mayoría republicana en la Cámara exigiera la retirada de la financiación a esta partida para los seguros, un programa que se conoce como Obamacare (expresión que juega con los términos Obama y salud). Desde que la reforma se aprobó en sus grandes líneas en 2010, los republicanos han votado hasta en 48 veces en contra de su desarrollo o financiación”.Los anteriores cierres gubernamentales se resumen de esta forma: “Entre los años 70 y los 90 hubo frecuentes cierres parciales que duraron pocos días. El último hasta ahora había sido bajo la presidencia de Bill Clinton, entre diciembre de 1995 y enero de 1996: duró más de tres semanas y fue el más largo.

La administración de Ronald Reagan, por ejemplo, estuvo cerrada ocho veces, pero todas fueron relativamente cortas y la mitad no llegó a durar 24 horas.
El primer cierre de gobierno que se registró en EEUU ocurrió en 1976 durante los últimos meses del gobierno del republicano de Gerald Ford, luego de que el mandatario se negara a aprobar un aumento del presupuesto de los Departamentos de Trabajo y Salud, Educación y Bienestar Social. Aquel cierre se prolongó durante 10 días y abrió una temporada de enfrentamientos entre la Casa Blanca y el Capitolio en Washington.

A Jimmy Carter, en la segunda mitad de la década de 1970, le tocó el período más conflictivo a nivel presupuestario. El demócrata enfrentó cinco "cierres" entre octubre de 1977 y el mismo mes de 1979, que duraron desde 8 hasta 18 días, y coincidieron con la llamada segunda crisis internacional del petróleo. El eje del conflicto entre republicanos y demócratas fue el uso de fondos públicos para abortos”.

Obama es el hombre de las grandes reformas, que hacían mucha falta en la acartonada sociedad norteamericana. Y también de las grandes polémicas, como ha pasado con su ley de inmigración que, según he leído en Internet, supone “un camino a la ciudadanía para un máximo de 11 millones de inmigrantes ilegales que viven en Estados Unidos, mayor seguridad fronteriza y mejoras en el sistema de inmigración”.

De momento hay miles de funcionarios en sus casas, sin empleo y sueldo, y decenas de servicios públicos cerrados, lo que supone unas pérdidas económicas considerables. Para acceder a la Administración no hay que pasar por unas oposiciones, como sucede aquí. Me imagino que se pedirá experiencia y curriculum, como en cualquier otro trabajo.

La intromisión del Estado en la vida ciudadana debe ser mínima, y ese es el espíritu que rige en Norteamérica en general. Se considera que el Estado no tiene por qué mantener al ciudadano, a ningún nivel, y que está sólo para cubrir algunas necesidades imprescindibles. Se considera una forma de gobierno "socialista" hacer lo contrario, o algo semejante al paternalismo comunista.

Y mientras tanto los números rojos están cada vez más próximos. Lo cierto es que la suya es una curiosa forma de gobierno. No he visto en ningún otro país civilizado que la vida de una nación se paralice de esa manera por un desacuerdo entre los partidos que están en el poder, resulta pueril y lamentable, un espectáculo bochornoso de cara al resto del mundo. Quizá deberían empezar por reformar su sistema político, decadente y absurdo.

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