Norteamericano. Licenciado en Psicología, pues iba a seguir los pasos de su padre.
Tras un breve empleo en unos almacenes, recorrió el mundo entero durante dos años con su mochila a cuestas, haciendo intercambios con sus obras para poderse pagar techo y comida.
Autodidacta, hace ocho años, mientras vivía en la costa brava española, se empezó a interesar por los bañistas como objeto de sus obras y comenzó su serie de pinturas de agua que le han hecho tan conocido.
Sus cuadros dan una sensación de frescor, de limpieza, de paz, de quietud, de silencio. Tienen mucha luz y una gran plasticidad. Es increíble cómo logra pintar el agua, las burbujas, la imagen levemente distorsionada de los cuerpos sumergidos en movimiento, la pureza de la piel tostada reflejando los rayos de sol y las sombras a través del líquido elemento.
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